Datos personales

sábado, 22 de agosto de 2009

El último superviviente, ¿farsa?


Yo me he hecho bastante fan de este programa matutino protagonizado por Bear Grylls: El último superviviente. Indagando por internet descubrí numerosos blogs y páginas web que se dedican a sacar los trapos sucios y a criticar el programa. Argumentan que es todo una auténtica farsa, que el hombre lleva diez tíos detrás suya, que todo está planificado al milímetro, que duerme en hoteles, que sus fieros animales son meros maniquíes, etc.


Bien, ¿qué quiere, pues, la audiencia? Sin duda, que suelten a una persona en medio de una isla desierta inhóspita sin vista de civilización en mil kilómetros a la redonda, sin ayuda alguna, sin médicos y con muchas fieras salvajes, a ver si hay suerte de que le de una lipotimia mientras está enfermo de fiebre tifoidea y hay una pantera acechándolo. ¿Quiere la gente que sufra realmente Bear delante de todo el mundo? Oh, no... Ya sé. Queréis que Grylls salga en un plató de televisión donde todos se gritan y se sacan los trapicheos. No, mejor aún. Que vaya a un programa del corazón a contar que se lió con Sara Montiel pero sólo fue por dinero porque a la vez estaba con Jesús Vázquez que le dijo que no quería saber nada de él.


Hum, seguro que a Bear Grylls no le criticarían si saliera en el Aquí hay tomate. Y pensar que han denunciado el programa por "falsedad". Bueno, que alguien me diga qué es cierto. Qué alguien diga cómo debería ser el programa. Para algo decente que hay en la televisión de lo que se puede aprender algo y sólo se sabe hablar mal y malinterpretar. ¡Si es más útil que todos los demás juntos...!


Pátetico, creo yo. ¿No tenéis algo mejor qué hacer? Pues nada, criticad lo que queráis... Es esto un claro ejemplo de la ineptitud de la sociedad, ya ni se sabe diferenciar entre lo que es bueno para las personas y lo que no lo es...