Se enamora con la mirada y con el andar. Yo, que lo sabía, vendí mi corazón al mejor postor. Aún sigue en subasta, entre cuadros viejos, entre joyas y sábanas en el escaparate del alma.
En el amor y en la guerra todo está permitido, dicen. No es cierto, todo el mundo lo sabe.
Me gusta, y mucho.
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